sábado, 30 de enero de 2016

Mitos sobre asexualidad


Hoy les traigo un texto que encontré en el blog Ace girl, publicado por Menta el 7 de Agosto de 2015


Los 13 mitos más populares sobre la Asexualidad

Es difícil resumir qué significa ser asexual; más allá de decir que es una orientación sexual caracterizada por la carencia de atracción sexual y que poco más del 1% de la población mundial pertenece a este grupo, se pueden encontrar muchos mitos en las redes sociales. La falta de una buena educación sexual es la responsable de la presencia de diversas ideas erróneas sobre la cuarta orientación sexual. Dichas ideas muchas veces son escritas en la red y dejadas en muchos sitios, o a veces se sacan a colación en una conversación entre amigos y conocidos. A través de este artículo pretendo echar parte de esos mitos abajo partiendo por los más populares y que dejan en evidencia la ignorancia de las personas que los emiten.


1. "Así que eres célibe..."
Celibato y asexualidad son dos conceptos diferentes que las personas tienden a confundir. El celibato se refiere a una persona que se abstiene a tener sexo voluntariamente (por razones religiosas) o involuntariamente. Lo importante es que los célibes tienen el deseo de tener sexo, pero se las arreglan para lidiar con él. Por otro lado, los asexuales no experimentan dichas ganas de tener sexo porque la atracción sexual no es una parte intrínseca en su vida. Mientras que el celibato tiene que ver con el comportamiento, la asexualidad tiene que ver con sentimientos subyacentes. Los asexuales no deciden ser asexuales, de la misma manera que los homosexuales no deciden ser homosexuales o que los heterosexuales no deciden ser heterosexuales. La asexualidad no significa non ser capaz de tener sexo ni tampoco tiene relación alguna con ser personas con un gran control sobre sus instintos sexuales, pues no hay nada que controlar cuando de asexualidad se trata.




2. "El propósito de la vida es la procreación, debes tener alguna enfermedad seria o fuiste abusado/a en tu infancia."
Algunas personas llevan la teoría evolutiva o sus posiciones religiosas a los extremos. La vida tiene facetas que van más allá de las creencias u opiniones de las personas. Si lo que se cree es que la vida solo apunta a la procreación, me temo que debo deternerlos ahí, pues es una percepción errada sobre la realidad. A medida que el mundo avanza, lo hace también el conocimiento y las puertas se van abriendo a nuevos conceptos que antes se desconocían o a los que se les prestaba poca atención. El ser asexual no impide procrear, pues tan solo implica una carencia de atraccións exual hacia otras personas.
En relación al segundo punto, el sexo ha tomado tanta importancia en nuestra sociedad que si alguien dice no tener interés en él, el resto del mundo siente una necesidad casi inmediata de corregir eso que creen que está mal, porque (lamentablemente), las orientaciones sexuales divergentes fueron consideradas como enfermedades durante mucho tiempo en la historia de la humanidad y el mito sigue en la cabeza de muchos seres humanos. Tratar a un asexual de enfermo es un ataque directo a sus sentimientos, denota una insensibilidad enorme por parte del que emite el juicio infundamentado. Es por cosas como estas que es importante implementar una buena y completa educación sexual y dar a entender a modo de cultura general que la asexualidad es una orientación sexual y no una enfermedad. Hay que pensar de esta manera: algunas personas son naturalmente más sexuales que otras porque la sexualidad es un espectro, no una norma.


3. "¿Cómo sabes que eres asexual si nunca has tenido sexo?"
Se les puede hacer la misma pregunta a los heterosexuales, pues ellos saben que son heterosexuales sin la necesidad de haber tenido sexo gay. También se les puede realizar a los homosexuales, quienes saben bien cuál es su orientación si necesidad previa de haber tenido sexo heterosexual. Los asexuales no necesitan tener sexo para saber lo que son porque sienten cuál es. Como se ha mencionado anteriormente, todo es cuestión de atracción.
Es importante mencionar que este tipo de pregunta/mito pasa por alto que un porcentaje de asexuales sí tiene una vida sexual activa, o se masturban o que incluso (si están dentro del espectro demisexual), pueden experimentar atracción sexual de tipo secundaria una vez que han creado un lazo emocionar fuerte con sus parejas románticas (esto no significa que mágicamente se transformen en seres sexuales, ya que la atracción sexual secundaria es exclusiva del espectro demisexual dentro de la asexualidad. Una comparación sería, pr ejemplo, alguien que se identifica como lesbiana no va a convertirse en heterosexual por el lero hecho de haber tenido relaciones sexuales con un hombre).
Es bueno tener en mente nunca preguntarle a un asexual aleatoriamente preguntas sobre su vida sexual (no es que sean mojigatos, es que dichas preguntas en sí pueden ser realmente groseras si se realizan sin tacto).




4. "Conocí a un asexual que estaba en una relación. Debe estar mintiendo sobre ser asexual." 
Las relaciones son más complejas que la simplicidad de la atracción sexual y, cabe destacar, que además de la atracción sexual, existe la atracción romántica (es la relacionada con el experimentar encantamientos o crushes como se les llama en inglés). Hay personas (no tan solo asexuales, sino que de todo tipo de orientaciones sexuales) que se identifican como románticas (pueden ser heterorrománticas, homorrománticas, birrománticas, panrrománticas, entre otras) y existen, además, las personas arrománticas 8personas que no experimentan la etapa de encantamiento). Aún más importante que todo esos conceptos, es el hecho de que las relaciones no necesariamente deben ser sexuales o románticas para ser significativas en la vida de un individuo.
Otro mito muy popular es que las personas asexuales solo pueden establecer relaciones con personas que compartan su orientación. Muchos asexuales establecen relaciones con individuos sexuales, la base de dichas relaciones es la comunicación. Algunos asexuales hacen cosas sexuales por sus parejas o pueden estar sexualmente atraídos hacia ellos si es que son demisexuales. Sin embargo, es de vital importancia recordar que nadie tiene derecho a preguntar los detalles de la vida sexual de otros.


5. "Deja de mentir. En realidad eres gay/heterosexual y lo niegas escondiéndote diciendo ser asexual cuando en realidad no puedes salir del closet o conquistar a nadie."
A) Muchos asexuales crecen creyendo ser gay. Aprender sobre la asexualidad y encontrar fuentes de educación sólidas sobre el tema, puede salvar la vida de muchos asexuales. En la sociedad en la que vivimos, pareciera que si no eres heterosexual te conviertes en gay casi automáticamente y si no estás de acuerdo, entonces te reprimen. Siendo así las cosas, ¿no sería más fácil para un gay salir del clóset e identificarse abiertamente como gay? Con la estrechez de mente que impera en la sociedad (sobretodo en países subdesarrollados y en vías de desarrollo), identificarse abiertamente como asexual puede ser incluso más duro que identificarse abiertamente como homosexual.


B) Los asexuales no son ni más ni menos deseables que los sexuales. La orientación no es un mecanismo de defensa. Es probable que esta idea errada se origina en el hecho de que las personas se vuelven menos atractivas si adoptan cierta posición con otras con los que no quieren tener nada (pero esto es básicamente sentido común).


C) Es un hecho que los miembros de la comunidad asexual son en su mayoría jóvenes. Sin embargo, esto demuestra lo invisible que es la cuarta orientación y cuan representada es dentro de las diversas redes sociales. La comunidad sexual oficial, AVEN, fue fundada recién en el año 2001. Esta orientación ha ido ganando reconocimiento recién estos últimos años en la historia de la humanidad. Lo mismo sucedió con la comunidad gay décadas atrás: muchos homosexuales sabían cuál era su orientación a temprana edad, pero no se atrevieron a salir del closet hasta ser lo suficientemente maduros, y lo mismo sucede con los asexuales. Desde un punto de vista saludable, es posible decir que entre más joven una persona se conozca a sí misma, más feliz será, pues no tiene que pasar años creyendo que hay algo mal en ella.
D) Siempre hay que recordar que poner en duda la orientación sexual de una persona es algo que no le corresponde hacer a nadie, pues cada uno de nosotros sabemos cuál es nuestra orientación y el sentir es algo subjetivo.




6. "No te gusta que la gente tenga sexo. Debes tener miedo de él o te crees superior a esas personas." 
La gran mayoría de los asexuales no odia el sexo. De hecho, muchos de ellos son pro-sexo, aunque muchos asexuales encuentran el sexo un poco desagradable. Esto es entendible, pero si lo piensas, los asexuales no piensan que nadie debiese tener sexo (a menos que se esté hablando de algún asexual especialmente misántropo que, no representa al 99.9% de la comunidad asexual). Tal vez, a los asexuales les aburra ver qué tan saturada de sexo está la cultura, pero no es lo mismo que odiar el sexo. Solo el asexual más arrogante o sin educación pertinente podría creer que el sexo es un indicador de ser bajo.


7. "Los asexuales no son queer. Solamente están tratando de aparentar que están siendo oprimidos."
Queer son todas aquellas personas que no son cis-género (que su identificación mental del género -femenino o masculino- coincide con su fisiología -hombre o mujer-) ni heterosexuales, de modo que los asexuales sí caen dentro de la definición y, por lógica, pasan a ser parte de la comunidad LGBTA+. La opresión la crea la misma sociedad al no tener una buena educación sexual, una real que vaya más allá de enseñarles a los hombres a usar condón y a las mujeres a tomar pastillas anticonceptivas para evitar embarazos no deseados.


8. "Lo que sucede es que aún no has conocido a la persona correcta. Cuando lo hagas, ya verás lo sexual que serás."
Mientras esto puede ser cierto para la minoría demisexual, la atracción sexual no es algo que se "active" en los asexuales. Los sexuales se ven atraídos hacia otros individuos incluso si no tienen una relación con ellos. Los asexuales no se sienten sexualmente atraídos hacia otras personas teniendo o no una relación con ellos y no se trata de conocer a la persona ideal, pues la orientación sexual es algo intrínseco en una persona.


9. "Lo que pasa es que eres un inadaptado social e incapaz de amar."
La vasta mayoría de los asexuales es perfectamente capaz de experimentar encantamientos (hay más románticos que arrománticos), pero hay que recordar que el amor viene en una gran cantidad de formas. Solo porque los asexuales no experimenten atracción sexual no significa que son monstruos insensibles ni que necesiten una ayuda para subir su autoestima.
Si se tratara de ser inadaptados sociales, eso va tanto para sexuales como asexuales, es algo transversal a todas las orientaciones, sin embargo, eso es algo que no tienen nada que ver con una orientación sexual.


10. "Eres admirable. Me encantaría poder tener control total sobre mis impulsos sexuales como tú." 
Primero que todo, la asexualidad no es una "decisión" para admirar, es una parte intrínseca en los asexuales, ya que las orientaciones son, valga la redundancia, intrínsecas. La asexualidad no tienen nada que ver con moralidad, sin embargo la gente poco educada en el tema tiende a crearla.


11. "Lo que te estás perdiendo."
También se podría pensar que los heterosexuales se están perdiendo de tener sexo gay espectacular. No puedes "perderte de algo" que intrínsecamente no deseas, no importa cuánto insistan en el tema. Decir "No experimento atracción sexual" no es lo mismo que decir  "Nunca haré nada más que mirar las paredes y pensar en el sexo que no estoy teniendo". Eso no sucede.




12. "Solo estás tratando de ser diferente." 
Lo mismo le dijeron a los homosexuales y bisexuales en su momento. Hoy en día se lo dicen a los asexuales, pansexuales, transexuales y así sigue el círculo vicioso. Si de ser diferente se tratase, existen muchas otras formas de lograrlo. En el caso de las orientaciones sexuales, las diferencias son naturales y desacreditarlas diciendo que son fases infantiles solo hace que difundir información referente a la cuarta orientación sea más difícil.


 13. "No me importa que no tengas sexo, así que no tiene caso que me hables de todas estas cosas. Hay problemas más grandes en el mundo de los que preocuparse."


La comunidad asexual desearía no tener que hacer públicas sus vidas de la misma forma que desearían vivir en una sociedad en la que no tuvieran que salir del closet para poder ser aceptados, pero las cosas no funcionan de esa forma. La intolerancia es uno de los problemas más grandes en el mundo y muchas veces se debe a la falta de información y educación. Tal vez muchas de las personas que están leyendo este artículo están enterándose recién sobre la asexualidad y sobre los mitos que la rodean, por lo tanto es necesario que la comunidad saque la voz y busque hacer del mundo un sitio más tolerante, es por eso que deben hablar sobre estos temas y de su orientación, que aún sigue siendo invisible.

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Espero les haya gustado.
Saludos desde Argentina!


martes, 26 de enero de 2016

Artículo sobre Asexualidad

Buenas!

Encontré este artículo publicado en el diario Página/12 en Septiembre del 2013.

Preferiría no hacerlo

Escrito por Magdalena de Santo, el artículo trabaja todos esos "aspectos" de la asexualidad que son necesarios para entender a la comunidad.

Por ejemplo, creo que una de las mejores cosas que retoma es la relación A-sexualidad en relación a la A-genitalidad.

Si bien hay pequeños detalles que no comparto, creo que es un interesante punto de vista, más que nada en relación a los "términos" específicos y como lo importante es no caer en esas diferencias y recordar que la asexualidad es simple: no sentir atracción sexual.
Espero logre aclararles algunas dudas.


Preferiría no hacerlo

Hacer deporte, comer sano y una vida sexual activa aparecen como ingredientes básicos en la receta contemporánea del bienestar y el éxito. Amor y buen sexo, matrimonio y consumado, vienen juntos o no vienen. Pasar el parte de con cuántxs “lo hiciste”, cuántas veces, o sufrir por lo que te está faltando es un trámite común a heterosexuales y al resto del mundo. Personas que no sienten atracción sexual siempre existieron, sólo que ahora deciden correrse del consultorio médico o psiquiátrico, y además conectarse. La asexualidad como factor aglutinante de una comunidad que exige su lugar en la sigla tiene una historia bastante breve. ¿Será un respiro disidente a la omnipresencia de lo sexual? o, al revés, ¿compulsión a seguir hablando de eso, aun cuando no pasa nada?

Personas que no se tocan ni con un palo, parejas que duermen separadas, jóvenes que se aburren de las charlas sobre levantes, vírgenes que no les importa, gente que elige vivir su cuerpo como no disponible a la práctica sexual. Se aman, pueden soñar con hijxs, pueden ser seductorxs, eternamente enamoradxs, incluso onanistas, voyeuristas y fetichistas, todo eso, sí, pero sin ganas de intimar sexualmente con alguien. Así habitan en la omisión que les propicia el prefijo privativo “A” para retirarse del imperativo sexual. Se identifican como asexuales.
Facundo recuerda con pesar su salida del armario: “En la universidad cometí el error de decir que era virgen. Desde entonces llevé el estigma para ser el chiste fácil”. Quique, para no ser tildado de loser, tuvo relaciones sexuales sólo para cumplir con sus compromisos maritales. Pero no quería; básicamente tenía fiaca: “La sociedad entera va camino a la asexualidad”. Impulso evolucionista y raro. Quique amplía su reclamo cuando señala que “la medición de cualidad y calidad de las relaciones las proporciona el sexo y no debiera ser así”. De hecho es muy difícil distinguir pareja de amistad cuando no es el sexo el que impone los límites. Los varones parecen acordar que su rol de machos sexuales es una presión social demasiado pesada. Aunque también encontramos al asexual con discurso alfa. Sergio es “el más respetuoso con las mujeres porque no las trata para tener sexo”.
Entre las mujeres, el espectro va desde casos trágicos de solteras crónicas –las mal llamadas solteronas– hasta las más poliamorosas y alegres. Marta en su momento pensó que su inapetencia provenía de un posible lesbianismo mal encaminado, pero finalmente descubrió que quiere ser madre y tener pareja estable con un tipo, aunque le repele la idea de tener intimidad. Para explicar su experiencia recurre a la metáfora culinaria “podés no comer torta de chocolate porque estás a dieta o simplemente porque no te gusta”. Los discursos más festivos se acercan a la parafilia (experiencias de placer que no se centran en la cópula). Marina, una joven colombiana, mantiene varias relaciones sensuales simultáneamente y se hiperexcita mirando, escuchando, pero sin tocar. De personas trans e intersex asexuales, ni noticias.

Experiencia ameba

Aparentemente, la asexualidad como movimiento identitario surge con una tribu urbana japonesa, vinculada con chicos nipones herbívoros que formaron una subcultura hace menos de una década. Ellos declaraban su aversión por el trabajo y el sexo. En 2001, David Jay –un hombre fornido, estadounidense y nacido en los ’80– fundó AVEN (Asexual Visibility and Education Network), vendiendo remeras con slogans como “Asexualidad: ya no es más sólo para amebas”. Y en los últimos años, celebridades como Janeane Garofalo, Morrissey y Deerhunter se declararon públicamente asexuales. La asexualidad tiene ya los años suficientes como para haber creado sus propios estereotipos (como el protagonista de Doctor Who, por ejemplo).
La comunidad virtual AVEN es el sitio web oficial que los recoge (mejor dicho, acoge). Allí hay foros, salas de debate, videos, artículos, encuestas, iconografía –la bandera de franjas negra, gris, blanca y violeta– y una cantidad de consignas bien variadas. La página en su versión hispana (AVENes), revela que la mayoría de asexuales son mujeres inscriptas al nacer, con estudios universitarios, sin religión y que se consideran hétero sin sexo. ¿Serán una versión 2.0 de las feministas de los ’80 antisexo? Johanna Villamil, responsable de la plataforma virtual de habla hispana, sostiene que en la web conviven tres objetivos: “El primero es tener un lugar de encuentro para nosotros, donde podamos conocer a más personas y crecer como comunidad. El segundo es tener un espacio de educación para nosotros, los que nos rodean y para quienes estén interesados. Y la tercera es la visibilidad de nuestra comunidad hacia la sociedad”.
En las redes sociales también están presentes. En la comunidad “Soy asexual y qué” encontramos distintas estrategias discursivas; desde las más esencialistas: “No sufrí de abusos sexuales cuando chic@, tampoco ando decepcionad@ de las relaciones, nací así, soy así”. O las que se encuentran en casi todo activismo: “La asexualidad es la orientación sexual que más discriminación recibe, principalmente porque no es ni siquiera aceptada como algo real”. Acá, la típica lucha interna por quién sufre más también está presente. La ecuación del marginal se aminora con otras consignas más pedagógicas: “Ser asexual es la falta de interés, tu cuerpo funciona de la misma manera que el cuerpo de cualquier sexual, puede recibir placer con igual facilidad, pero lo que te hace asexual es que sencillamente no te interesa hacerlo”. O sea, parecen reconocer que los cuerpos son sexuados.
En todas las consignas subyace una crítica al paradigma psi que tan hondo caló en nuestra cultura. Es que la asexualidad dispara sobre el corazón mismo de la psicología, la psiquiatría, la sexología y las infinitas narrativas que prescriben el contenido de una vida sexual normal. No se trata de represión, dicen lxs asexuales, ni de fobia, ni de ninguna de las formas que toma el discurso patologizante. Tampoco un tipo de enfermedad mental o trastorno de deseo sexual hipoactivo (uno de los trastornos de enfermedad mental vinculado con la inapetencia sexual eventual que se les achaca). No son antisexo, dicen, no tienen revulsión, rechazo ni asco, menos que menos están guiados por una causa religiosa: no son célibes, aunque parezcan angelitos.
La teórica Eve Kosofsky Sedwick, en su célebre introducción de Epistemología del armario, reconoce la poca imaginación clasificatoria para entender la sexualidad. Así, de un tiempo a esta parte, la necesidad de utilizar etiquetas distintivas es una política propia del activismo multicolor, justamente para no quedarnos atrapadxs en un vacío de reconocimiento mutuo y dejar de dar por supuesto lo que la heterosexualidad enseña: la proliferación de categorías parece ser un hábito propio de nuestra era que, por su parte, el sistema capitalista bien sabe absorber.
En estos esfuerzos taxonómicos no sólo emergen asexuales sino una subdivisión interna entre dos grandes grupos: asexuales románticxs y arrománticxs. Entre lxs románticxs, existen asexuales bi-románticxs, homo–románticx y hétero-románticx, incluso también están con preferencias monógamas o poliamorosas. Llama profundamente la atención que utilicen el término “romántico” para aludir a la elección de su objeto de ternura. Los arrománticxs directamente no sienten ningún tipo de atracción sensual por nadie. Todo el abanico de preferencias se incluye en la A, pero nunca en la cama.

Dame la A, ¿te doy la A?

Las incesantes dudas emergen: si la atracción sexual no es necesariamente genital, ¿cómo es que hablan de inclinación romántica? ¿Acaso el deseo sensual y la excitación con algunas personas no sería también un tipo de inclinación sexual? Quizá la disputa radica en que “sexo” se dice de muchas maneras. Parece que la asexualidad es ante todo agenitalidad. Partidarios de maneras alternativas de hacer el amor –nunca mejor dicho–, lxs asexuales románticxs eligen variaciones y nuevos repertorios para las conductas eróticas que excluyen el uso de sus genitales.
Por otro lado, gran parte de las críticas hacia asexuales se comparten con las esgrimidas al colectivo lgtb. Hagamos la prueba y reemplacemos la asexualidad por otra identidad disidente. Por ejemplo, “si todos fueran asexuales, se acabaría la especie humana”. ¿No te suena? La máxima universal como criterio moral no hace otra cosa que tachar nuestra singularidad (mientras los kantianos se retuercen). También se oyen voces que pretenden desestabilizar la utilización de la categoría con comentarios autoevidentes tales como: “No sabés lo que te va a ocurrir en cinco años, no podés definirte ahora”. ¿Nunca te la dijeron? O la persuasiva: “No diste con la persona indicada. Si probaras conmigo, se te pasaría”, que no convencen ni al loro.
La genealogía de personas asexuales también coincide bastante con varios de los hitos gay. Morrissey, el cantante de The Smiths, es conocido por sus odas a los fracasos del amor. “Pretty Girls Make Graves” o “Will Never Marry” parecen dar cuenta tanto de su homoerotismo como de su dificultad para intimar. Ambas canciones bien podrían ser himnos asexuales. Otra de las figuras que los asexuales se apropian es, ni más ni menos, Andy Warhol. Si bien los biógrafos del rey del pop lo desmienten, el libro de Warhol Mi filosofía de la A a B y de B a A parece ser motivo de identificación asexual, ante todo, por cómo se vincula afectivamente sin contacto carnal hasta el paroxismo. La obsesión del artista por la belleza humana, la reconfiguración de modelos para amar, su voyerismo, son también estandartes del movimiento A. Ellxs, asexuales, reclaman su pertenencia en el colectivo de diversidad sexual, y no sólo como parte del largo etcétera que acompaña la sigla lgtb.

Saludos desde Argentina!

jueves, 21 de enero de 2016

Retratos Asexuales en PlayGround Noticias

Artículo publicado en PlayGround Noticias el 15 de Mayo de 2015Escrito por  Luis M. Rguez
20 retratos de la nueva juventud asexual
Jóvenes, atractivos, y sin ningún interés por el sexo
Hay un momento en la adolescencia de casi todos en el que los objetivos vitales a corto y medio plazo se reducen a una única cosa: el sexo.
La presión grupal impone su ley rasante. El éxito en este campo se convierte en medida de valor de la persona, y ahí que nos lanzamos todos, a actuar como gibones en celo...
Es sólo que después de unos cuantas experiencias mediocres... la cosa como que pierde su gracia.
Si es que alguna vez la tuvo.
Porque, reconozcámoslo: el sexo está sobrevalorado.
Siempre lo ha estado. La diferencia es que, ahora, la gente que no le ve la chispa al trato carnal se atreve a decirlo. Se atreve incluso a gritarlo.
Pasa como en el cuento: ¡El emperador va desnudo!
Basta con que alguien lo diga en alto para que empiecen a sumarse más y más voces.  
Voces como esta:


El debate público alrededor de las orientaciones sexuales está a la orden del día. Heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, polisexuales...
Todos han encontrado su hueco en la conciencia colectiva. Todos reclaman su derecho a disfrutar de su sexualidad como les venga en gana. Pero existe una orientación de la que aún se habla poco. Esa 'orientación invisible' a la que Julie Sondra Decker dedicaba un libro el pasado verano.
A Decker le gusta hablar de "movimiento asexual", de una inclinación colectiva a la que cada vez se adhiere más gente.
Gente que prefiere no incluir el sexo en sus vidas, sencillamente porque no experimentan ningún tipo de atracción sexual hacia personas de ningún género.
La cosa no va de abstinencia o celibato. Va de ausencia de deseo. No es una posición política. No tiene que ver con el estrés derivado del trabajo o el dinero. Simplemente, no existe el impulso.

Según algunos estudios, al menos una de cada cien personas se identifica como asexual. Y tras mucho tiempo en el armario, esa creciente comunidad asexual quiere visibilidad y respeto.
Sobre todo en su facción más joven.
De eso va el #AceDay, el primer "Día de la Visibilización Asexual", una iniciativa que lleva desde el pasado viernes inundando las redes sociales deselfies de quienes viven ajenos a las tensiones del sexo, no por elección propia, sino por naturaleza.
La creciente tendencia a usar las redes sociales para reclamar y redefinir orientaciones sexuales a través del uso de hashtags revela la imperante necesidad de muchos jóvenes de abrir la discusión en torno a la conformación de identidades.
Y es que, cuando sientes que el arco de posibilidades visibles en "el mercado" no te contiene, lo mejor que puedes hacer es definir tu propio marco.
En el caso del Ace Day, el código es el as.

El as para diferenciar orientaciones románticas y para acotar las distintas intensidades de la pulsión sexual.
Porque la asexualidad no es un "vacío" uniforme. También la ausencia de deseo está cargada de grados y matices.
As de corazones para el 'alorromántico asexual', aquel que experimenta atracción romántica de forma regular hacia personas de uno o más géneros, pero no siente ningún impulso hacia el sexo.

As de picas para el 'arromántico asexual', aquel que ni siente atracción sexual ni experimenta ningún tipo de atracción romántica hacia personas de ningún género.

As de diamantes para el 'demirromántico', el 'demisexual', el 'gris-arromántico' y el 'gris-asexual', personas que experimentan atracción romántica o sexual únicamente hacia personas con quienes tiene una conexión emocional fuerte, o que experimentan ese tipo de atracción de forma rara, y no con la suficiente intensidad como para que les mueva a actuar.

Por último, el as de trébol. La carta para quienes, reconociéndose parte del espectro asexual, están inseguros o se cuestionan sobre su orientación romántica.

A la altura del pasado domingo, el número de posts referidos al #aceday en redes como Twitter o Tumblr superaba los 15.000, y la cifra sigue creciendo.
La asexualidad, a diferencia del celibato o la abstinencia, no es algo que se elija. No tiene nada que ver con "no haber encontrado a la persona adecuada" y tampoco es la manifestación de ningún trauma relacionado con el abuso sexual o con una homosexualidad reprimida.
Esos son algunos de los mitos contra los que lucha la Ace Community. Una comunidad que no quiere permanecer en la sombra, y mucho menos ser vistos como personas heterosexuales "fallidas".
El debate sobre las políticas de género y la diversidad sexual también pasa por ellos. Necesita contar con ellos.... ¿LGBTI... A?









lunes, 11 de enero de 2016

Avenida - Revista

Hoy les traigo el 4° Número de la Revista Avenida.

Avenida es una publicación trimestral de la comunidad asexual hispana. En ella se recogen artículos, ensayos, entrevistas, dibujos, historias, poemas y diverso material con relación a la asexualidad y el espectro asexual.



Link: Avenida 4 de Septiembre


5° Número!

Y además, Avenida te invita a enviar tu material inédito para la publicación de Marzo de 2016, ¡animate a publicar!
El plazo estará abierto hasta el 15 de febrero de 2016.

Si querés saber más podés leer el resto de la información en la Asexualpedia:
http://asexuality.org/sp/wiki/index.php?title=Archivo_Avenida


lunes, 4 de enero de 2016

Asexualidad en "Psicología y Mente"

Hoy les traigo una artículo publicado en "Psicología y mente", un sitio que se auto-define como la web líder en el mundo en el ámbito de la psicología y la salud mental y la mayor comunidad de psicólogos, neurocientíficos y terapeutas.

Este artículo fue escrito por Arturo TorresPsicólogo licenciado en Sociología por la Universitat Autónoma de Barcelona. Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Posgrado en comunicación política y Máster en Psicología social.
Asexualidad, la no-orientación sexual
Las últimas décadas han dado visibilidad a formas de orientación sexual que no tienen por qué casar perfectamente con la heterosexualidad y han permitido que otras que ya se conocían, como la homosexualidad, se hayan normalizado más socialmente. De todos modos, algunas opciones sexuales, como por ejemplo la pansexualidad, sigue siendo bastante desconocida.
Sin embargo, a menudo parece que esta apertura a las diferentes sensibilidades y experiencias relacionadas con lo sexual sigue siendo insuficiente, porque la posibilidad de que ciertas personas no sientan deseos sexuales no acostumbra a estar contemplada.
¿Qué pasa cuando hablamos no ya de diferentes orientaciones sexuales, sino de casos en los que no existe ninguna orientación sexual en absoluto? Cuando nos referimos a esto estamos hablando de un fenómeno que ha recibido el nombre de asexualidad.

Ni ideología ni orientación sexual

Una persona asexual es, simple y llanamente, una persona que no experimenta deseo o atracción sexual y que por lo tanto no se siente movida a tener relaciones sexuales de ningún tipo. La asexualidad, en resumidas cuentas, es la falta persistente de deseo sexual que no está motivada ni alimentada por hábitos de raíz religiosa o cultural. El celibato movido por razones religiosas, por tanto, es otra cosa.
La asexualidad no puede ser considerada una forma de orientación sexual, porque consiste justamente en la ausencia de una preferencia de este tipo, pero tampoco es una ideología que lleve a reprimirse sexualmente de manera más o menos consciente. Sin embargo, eso no significa que no existan colectivos de personas asexuales que se hayan asociado con fines políticos, tal y como ha pasado con colectivos LGTB
Actualmente es normal que hombres y mujeres que se identifican como asexuales reivindiquen la necesidad de construir un mundo en el que el deseo sexual no sea algo que se presupone y en el que no sea obligatorio tener sexo para recibir aprobación social. Con este fin existen comunidades como AVEN (Asexual Visibility and Education Network) que se encargan de dar voz a estas personas y a divulgar conocimientos y experiencias acerca de la asexualidad. AVEN, por cierto, cuenta con más de diez mil inscritos.

¡Faltan datos!

Aunque las personas asexuales tienden a querer visibilizarse sumando esfuerzos de manera colectiva, la asexualidad en sí es un fenómeno del que se sabe muy poco. Son muy escasas las investigaciones que lo abordan directa o indirectamente. 
De hecho, la mayoría de estudios se limita a basarse en encuestas, como el que dio pie a un artículo publicado en el Journal of Sex Research en el que se afirma que entorno al 1% de los británicos podría ser asexual. Dada la falta de información, no existe ninguna teoría bien consolidada que explique las bases de la asexualidad, por qué se produce y qué tipo de personas son más propensas a ser asexuales.

Y también falta sensibilidad

Parte de la manera en la que se enfoca esta falta de información sobre la asexualidad, más que científica, es profundamente ideológica. Por ejemplo, no resulta raro que se hable de la asexualidad como si no existiera y fuese una ficción alimentada por personas reprimidas.
También es frecuente que se tome como un síntoma de enfermedad, aunque no existan pruebas para sostener tal punto de vista, y se busque estigmatizar de algún tipo a la gente que no experimenta la sexualidad como el resto (algo que también ha sucedido históricamente con todos los colectivos LGTB).

La orientación sexual invisibilizada

Otras corrientes de opinión tienden a exagerar las características por las cuales las personas asexuales se diferencian del resto, como si fuese prácticamente una civilización aparte con maneras muy concretas y estereotipadas de vivir la vida y relacionarse con los demás. Los asexuales, sin embargo, tienden a poner énfasis no en las diferencias sino en todo aquello que los caracteriza como humanos. Se reivindican como personas totalmente capaces de relacionarse normalmente con todo el mundo y tener relaciones íntimas, aunque no necesariamente sexuales. Es fácil imaginar por qué estan en lo cierto: a fin de cuentas, creer que el simple hecho de no sentir deseo sexual significa quedar aislado socialmente o tiene que ser causado irremediablemente por una enfermedad es una buena muestra de por qué colectivos como AVEN tienen mucho trabajo por hacer.
Lo que está claro es que no hay nada malo en el hecho en sí de no experimentar deseo sexual y no hay ningún motivo para pretender luchar contra la asexualidad como si de una enfermedad se tratara. En todo caso, es el conjunto de la sociedad quien debe luchar por hacer que en él quepan todas las sensibilidades.

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Espero hayan disfrutado del artículo, saludos desde Aegentina