martes, 14 de junio de 2016

Mis respetos por la masacre en el club gay

No suelo publicar artículos que no estén relacionados con la Asexualidad... Pero ésto que pasó es horrible y no hay, creo, otra forma de decirlo.
Basta de muertes.

Para todos mis amigos heteros

Este artículo fue escrito por Asier Rufo Gaztelumendi el día de hoy, 14 de Junio de 2016, en el sitio web de la Liga LGTB de la UPV



Escribo este artículo para todos mis amigos heteros.

Ya sé que llego un poco tarde, pero hasta ahora no me he visto con ganas de escribir nada al respecto. Todavía estoy triste y enfadado pero al menos ya puedo articular mis argumentos, así que allá voy.

Vamos a hablar sobre lo que ha pasado en Orlando.

Esta masacre no ha sido obra de “un loco”, no ha sido “un moro radicalizado”, no ha sido “un pirado del ISIS” y no ha sido un acto terrorista al uso, tal y como nos están contando muchos medios de comunicación. Lo que ha pasado en Orlando ha sido un acto de LGTBfobia. Llamémoslo como lo que es: un ataque ATROZ contra toda la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Ese tío quería vernos muertos, ese tío creía que no tenemos derecho a estar vivos. Pero esto no es algo que surja de la nada, por arte de magia, no te levantas un día odiando hasta la muerte a todo un colectivo así porque sí. El odio se aprende, se perpetúa y se contagia.

Lo que ha pasado es sólo la punta de un gigantesco iceberg: cada vez que un niño señala a otro en el colegio y le llama maricón, cada vez que un programa de televisión invita a una persona trans para caricaturizarla como un bufón o frivolizar sobre su transición, o cada vez que un tío borracho se acerca a dos lesbianas y las acosa sexualmente, se responde a un mismo patrón. Vosotros, los heteros, NOS OPRIMÍS a quienes no respondemos a vuestro estándar y somos disidentes del sistema que os convierte en norma (el HETEROPATRIARCADO). Cada persona heterosexual que, desde su posición privilegiada, humilla, insulta o agrede a una persona LGTB, está perpetuando este sistema y justificando nuestras inseguridades, nuestro aislamiento, nuestro miedo, nuestras heridas y sí, también nuestras muertes, las de Orlando y las de cualquier otro lugar del mundo.

Como decía, los medios de comunicación niegan el carácter LGTBfóbico de lo que ha sucedido y hablan simplemente de un atentado terrorista. Para la sociedad, para cada uno de vosotros, para cada persona heterosexual de occidente, es muy fácil asimilar un concepto como “mirad, mirad lo que ha hecho este islamista chiflado, estos moros están locos, menos mal que nosotros somos super civilizados y no hacemos estas cosas”, en lugar de asumir un “mierda, es cierto, hemos estado alimentando, justificando y perpetuando la LGTBfobia mediante este sistema heteronormativo que, en su peor forma, nos ha dejado hoy tantas víctimas mortales”. Así es, nos encanta echar balones fuera con tal de tener la conciencia tranquila. Pero hay algo peor que no asumir responsabilidades, y es obtener beneficio político de esta situación: hay personas, como por ejemplo Donald Trump, que están prostituyendo los cadáveres y el dolor para alimentar la islamofobia, justificar la vigilancia intensiva, cerrar fronteras y fragmentar la sociedad. Y esta no es la realidad. En el fondo lo sabéis. Dejad de intentar convenceros a vosotros mismos de una mentira cómoda y reconoced de una vez esta verdad incómoda. La LGTBfobia existe. Seguimos muriendo. Está ante vuestros ojos.

Lamentablemente, ni siquiera cincuenta “maricones”, “bolleras” y “travelos” muertos parecen ser suficiente motivo para centrar el foco público en la LGTBfobia, para abrir un debate, plantear una autocrítica generalizada o tomar el compromiso de luchar cada día contra el odio. Ya es hora de dejar de legitimar el ideario machista que a vosotros os dota de privilegios y a nosotros nos destruye cada día. Si no dais el paso, nada cambiará. Hace falta hablar, hace falta leer, hace falta sensibilizarse y hace falta mirarse en el espejo, aceptar que existe la opresión, que existen ciudadanos de primera y de segunda por su orientación sexual. Hace falta entender la forma en que la sociedad nos ordena de manera vertical, nos jerarquiza. Vosotros estáis arriba y nosotros estamos abajo. El mundo está diseñado para vosotros. La cultura está diseñada para vosotros. El arte está diseñado para vosotros. El ocio está diseñado para vosotros. Nunca nadie os insultará por ser heteros. Nunca sentiréis miedo por coger de la mano a vuestra pareja en la calle. Nunca pondrán vuestros derechos en entredicho. Y nunca os van a matar. Nadie os matará por ser heteros. A nosotros sí. Nos mataron en Orlando. Que nos dejen de matar mañana depende de todos, depende de ti.

Así que, amigos heterosexuales, por favor, sed nuestros aliados y compañeros en esta lucha, usad vuestros privilegios para liberarnos de nuestras cadenas y puede que llegue un día en el que no tengamos que lamentar más Orlandos en la historia de la humanidad.

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Mis respetos y condolencias desde Argentina

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