martes, 21 de febrero de 2017

Asexualidad: me gustas, pero no me atraes sexualmente

Artículo publicado por el Administrador del sitio AUTO COACHING PNL BLOG el 26 octubre de 2016


Hemos descubierto nuevas orientaciones sexuales que distan de la heterosexualidad normativa que se ha impuesto en muchas sociedades durante siglos. Ahora hablamos de homosexualidad, de bisexualidad o de pansexualidad con naturalidad, especialmente las generaciones más jóvenes. Poco a poco está empezando a calar la idea de que la diversidad es libertad y enriquecimiento, algo que anima a que cada uno definamos de forma particular nuestra propia orientación sexual.

La orientación sexual, englobaría a la atracción sexual, erótica, emocional o amorosa hacia un determinado grupo de personas definidas por su sexo. Si nos quedamos en exclusiva con la parte de atracción, encontramos a un grupo de personas que se están empezando a identificar como grupo. Hablamos de la asexualidad, o lo que es lo mismo, de personas que no sienten esta atracción sexual hacia nadie, lo que no implica que en otros aspectos no les pueda gustar una persona o se puedan llegar a enamorar.


“Imagina cómo se puede sentir un adolescente
que no siente la necesidad de experimentar sexualmente con nadie y que, además,
cree que tiene que encajar en alguna de las orientaciones sexuales conocidas”
-Lucía, autora de “Diario de una asexual”-



La asexualidad no es una consecuencia

Si entendemos esta ausencia total de atracción como una anormalidad, intentaremos responder a una pregunta: ¿por qué se ha producido? Podemos pensar que quizás hayan vivido una mala experiencia: un condicionamiento tan fuerte que cualquier idea relacionada con el sexo les genera rechazo.

Tras estas experiencias, la persona, en su necesidad de protegerse, deja de tener ese impulso sexual hacia los demás. Pero, esto no es la asexualidad. Pensar en justificar esta realidad de esta manera significa desvirtuarla y estar lejos de entenderla. Recordemos que la asexualidad refleja una falta de interés por el sexo, no miedo o aversión por el mismo. Simplemente parece que es una actividad que no les llama la atención, igual que a ti no te llaman la atención otras muchas.

Ellos no se sienten motivados por mantener relaciones sexuales de ningún tipo con nadie. ¿Tendrá esto algo que ver con la religión? ¿Con una determinada cultura? De nuevo, reiteramos nuestra negativa. Simplemente, es una forma de vivir y ver las relaciones de forma diferente a como las entiende la mayoría.


“Me torturé durante muchos años tratando de buscar
a alguien que me despertase ese deseo y no
me importaba que fuese hombre o mujer.
Después de años y de muchas experiencias fallidas,
decidí aceptarme como soy. Poco después,descubrí en Internet
la asexualidad y, justo ese día, acabaron mis conflictos”
-Lucía, autora de “Diario de una asexual”-


Las relaciones de pareja

Es importante que brindemos un apartado al tan conocido mundo de la pareja. Cuando hablamos de una persona que es asexual, que no siente ese impulso erótico hacia los demás, ¿tienen facilidades para encontrar pareja? Lo cierto es que no tienen ningún problema.

Las personas asexuales pueden enamorarse. Viven el amor romántico. Les gustan los abrazos, los besos. Quieren sentir esa conexión con la otra persona, no obstante no tienen ningún deseo "carnal". Pueden vivir en pareja sin problema. Aunque, es necesario mencionar que también hay personas asexuales que se declaran arrománticos.

Lo habitual es que las personas asexuales busquen pareja afines. Aún así, ¿qué ocurre si se enamoran de alguien diferente a ellas? No pasa nada. Los asexuales no rechazan el sexo. Simplemente no se encuentran atraídos por las personas en ese sentido. Si a ti no te apetece una manzana, ni siquiera piensas en ella, ¿te la comerías? Puedes hacerlo, por complacer a quien te insiste en que será bueno para ti, pero no tendrías un interés genuino por ella. Esto es lo mismo.

Hemos mencionado que los asexuales no sienten ningún tipo de interés sexual hacia los demás, pero esto no significa que no tengan sexualidad o que no disfruten de ella. Las personas asexuales pueden llegar a masturbarse. Una cosa es el impulso sexual y otra que alguien “te ponga”. Sin embargo, no llegan a disfrutar del sexo como lo pueden hacer las personas que no se encuadran dentro de la asexualidad. Para ellas un orgasmo dista de ser lo mejor del mundo.


“La idea de que tú puedes mirar o conocer a una persona
y sentirte sexualmente atraída por ella es algo que
un montón de gente experimenta y está bien, pero a mí no me ocurre”
-Evie, poliamorosa y asexual-


En España se fundó la primera asociación de asexuales, Asexual Community España (ACE), con el gran cometido de dar visibilidad a esta “no orientación sexual” con la que algunas personas pueden sentirse identificadas. Porque el amor y el sexo no tienen por qué ir siempre de la mano y este sólo es un ejemplo de ello.

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Saludos desde Argentina

lunes, 13 de febrero de 2017

Asexuales ¿La cuarta orientación sexual?

Hoy les traigo un artículo publicado por Barbara Ayuso en el diario EL PAIS de Madrid el 2 octubre de 2016




La pajarita de Rafael es más que una cuestión estética. Sus colores (gris, negro, blanco y morado) simbolizan quién es, y lanzan un mensaje claro: soy asexual. No célibe, ni casto, ni inmaduro, ni impotente. Tampoco inexperto o traumatizado. Simplemente, no experimenta atracción sexual. Algo que, según los estudios llevados a cabo por el sexólogo Anthony F. Bogaert, le ocurre a un 1% de la población, unas 70 millones de personas en todo el mundo.

Al principio, eran una incógnita dentro de la ecuación del deseo. El pionero informe Kinsey los definió como "X" en su escala, porque sentían nula atracción hacia hombres y mujeres. Los colores que ahora enarbolan para visibilizarse, homenajean el trabajo del sexólogo: "Cada uno simboliza una de las opciones y el morado, la comunidad", explica Rafael. Él, astrofísico de 27 años, también fue una incógnita para sí mismo. En la adolescencia se sabía diferente al resto, porque no atravesó el clásico despertar sexual. No le interesaban los chicos ni las chicas. Murmuraban que era "rarito" u homosexual, pero no le preocupaba en exceso. "En el colegio sufrí bullying, así que cuando llegué al instituto me daba igual lo que me dijeran", aclara.

Google le puso nombre a lo que le ocurría: era asexual. "No fue un descubrimiento traumático, simplemente supe que era algo perfectamente normal que le ocurría a mucha más gente", dice. "Cuando estoy en la discoteca y el resto ven a alguien atractivo, dicen eso de 'yo me acostaría con él o ella'. A mí no me pasa, puedo decir que es atractivo, o guapo o simpático, y que me gustaría estar con ella con sofá, peli y manta. Pero no me sale el 'melofo' ese", aclara.

También descubrió que existía una amplia comunidad virtual de asexuales, Asexuality Visibility and Education Network (AVEN) y su filial para hispanoablantes, AVENes, que compartían experiencias y vivencias de una orientación poco conocida y muy proclive a falsos mitos. "Te sientes muy alienígena, porque no puedes empatizar con los demás. Sientes que tienes que fingir o aparentar para encajar", cuenta Marcia, una chica asexual amiga de Rafael. Aunque estudiaban en la misma universidad, ambos entraron en contacto por uno de sus foros, hablando sobre Naoko, un personaje de la novela Tokio Blues de Haruki Murakami. "Es un retrato 200% realista. Ella se echa la culpa de no poder tener sexo con su novio, e incluso intenta tener una relación con una chica, y tiene episodios de sexo no claramente consentido... es una asexual de libro", dice Marcia.
Asexual no significa "nada de sexo"

Ambos han tenido relaciones de pareja, pero ninguna satisfactoria. "Yo solo tuve una, y no hubo relaciones sexuales pero tampoco fue un problema, porque aunque no lo supiera creo que la otra persona también era asexual. Así que yo nunca me he sentido forzado en ese sentido, he tenido suerte", explica Rafa. Para ella, la situación fue diferente. En su segunda relación ya ponía nombre a lo que le ocurría, y su novio se esforzó por entenderlo y respetarla: "Pero aún así, sientes una presión social muy grande, por parte de la familia, del entorno.. cosas que potencian que cualquier momento en el que se ponga especialmente pesado, cedas, porque sientes que eres una mala pareja o que tu amor vale menos si es incompleto", asegura. Otros casos, como el del antropólogo Javier León, autor del libro Asexualidad: ¿se puede vivir sin sexo?, evidencian que la vida de pareja y la asexualidad son perfectamente compatibles.




Ellos ejemplifican lo heterogéneo del colectivo, al que es un error encapsular en unas tendencias delimitadas. Hablamos de un espectro amplio que incluye una infinidad de variantes que empiezan por separar dos conceptos que social e históricamente están ligados: la atracción sexual y la romántica. Para ellos, no lo están. Pueden, como Marcia, no tener interés sexual y sí romántico en sus relaciones (alorrománticos) o experimentar atracción sexual solamente cuando hay un lazo emocional (demisexuales). Un glosario complejo, que suele ser pasto de reduccionismos. "Se admite que puede haber gente desinteresada en el sexo. Lo que ocurre es que se simplifica el no sentir atracción sexual y se equipara a un comportamiento no sexual y de ahí una vida de monje", aclara Marta Torca, activista de la asociación.

Muchos asexuales, de hecho, mantienen relaciones habitualmente. Bien por complacer a su pareja, por procrear o porque, en determinadas situaciones, sí que llegan a sentir deseo esporádico (los grisexuales). Y pueden disfrutar del sexo. "Además, ahí entran en juego lo que consideremos relaciones sexuales, porque no todo se reduce al coito", precisa Rafa. La masturbación tampoco es ningún tabú: "A veces puedes hacerlo por una necesidad fisiológica, pero no evocas a una persona ni a una situación", explica. Marcia añade una metáfora: "Una vez alguien lo definió como cuando tienes muchas ganas de comer, pero vas a la nevera y al abrirlo ves que no te gusta nada. Algo así", dice. Son conscientes de que la batalla de la comprensión se presenta larga: "La asexualidad es muy diversa y hacer llegar esa diversidad va a costar. Hacer entender que una persona puede tener relaciones sexuales, pareja que sí sienta atracción sexual, masturbarse, tener impulso sexual (diferente de atracción) y aún así seguir siendo asexual", apunta Torca.



Activismo y visibilización


Hace un año, la comunidad virtual empezó también a organizar quedadas presenciales. Pero Marcia y Rafa detectaron una falla importante, aunque solo parezca un matiz: "Se convocaba a gente con asexualidad, no a asexuales. Como si fuera un problema o algo que padeces", recuerda ella, dibujando en el aire las tres letras de la preposición. Ese fue el germen de la asociación que fundaron en febrero de 2016, la primera de España: Asexual Community España (ACE), enfocados a la visibilización y el activismo del colectivo. Pretenden luchar, entre otras cosas, contra esa preposición maldita. Y contra los tratamientos que tratan de corregir su condición: "Algunos sexólogos llegan a recomendar que te fuerces a ti mismo a tener sexo para curarte", apunta Marcia.

En 2013, la asexualidad dejó de ser considerada trastorno por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV), pero según denuncian, siguen existiendo profesionales que lo prescriben como patología. Y ponen ejemplos: "Hace poco una unión de sexólogos publicó un artículo afirmando que los asexuales teníamos un error de concepto, y un trastorno larvado en la infancia. Incluso nos han comparado con estrellas de mar", dice Marcia. Ellos apelan a estudios como el de la sexóloga Lori Brotto o Bogaert, que desmitifican una de las ideas más extendidas. La que sostiene que la asexualidad está motivada por algún trauma.

Algo que también detectan en el ámbito social. Los asexuales se sienten continuamente cuestionados, porque la incredulidad es la reacción dominante cuando confiesan que no experimentan atracción sexual: "Eso no puede ser", "es que no has tenido una buena experiencia", "no has conocido a la persona adecuada", "¿no serás homosexual?", "¿te has mirado las hormonas? Igual es un problema de líbido", son las preguntas que les desgastan a diario.



Por eso acogen con agrado iniciativas como la del anuncio de colchones Flex, que trataba de ahuyentar ciertos tópicos que arrostran los asexuales, como que sufren aversión al sexo. Además, la campaña ayudó a acercar la realidad a mucha gente que, por cuestiones generacionales, no formaba parte de la comunidad virtual y desconocía incluso el concepto: "Nos ha escrito una mujer de 50 años que conoció la asexualidad por eso, y se sintió identificada. Nunca le había puesto nombre, y lleva toda una vida forzando el deseo, con hijos y marido, pero sin entenderse a sí misma. Es una vivencia que si la vives en soledad, puede llegar a ser alienante", dice Marcia.

En una sociedad hipersexualizada, afirman que los hombres se llevan la peor parte, aunque tampoco es sencillo para las mujeres: "La idea de la masculinidad está muy asociada con el sexo, el que no lo tiene parece que es menos hombre. Una chica puede quitarse a un plasta de encima y sale aplaudida porque está ejerciendo su libertad a decir no. Pero si una chica guapa se insinúa a un chico, le dice que no y al momento es maricón y tiene que aguantar bromas y pullas", explica Marta Torca. El propio Rafa afirma vivir situaciones muy similares: "A una chica particularmente insistente, le tuve que decir que se iba a ir con el calentón a casa", recuerda.

Además de liberar de estigmas al colectivo, su agenda política es más ambiciosa: buscan ser reconocidos como la cuarta orientación. "Consideramos la asexualidad como una orientación sexual equiparable a homosexualidad, bisexualidad o heterosexualidad. Es una idea que ya viene del año 1979, con el modelo de Storms", dice Torca. Estiman que si no se abre el marco de la diversidad sexual, siempre estarán al margen. Marcia vuelve a echar mano de las metáforas: "Si tú eres calvo y te preguntan tu color de pelo, puedes decir: soy calvo como color de pelo, o es que no tengo pelo. Lo mismo ocurre con la orientación, que tiene que reconocerse. Nos gustaría que existiese como opción: porque si eres calvo no eres ni pelirrojo ni moreno ni rubio. Eres calvo". Los asexuales ya no son ninguna "X", pero aún tienen incógnitas que despejar.

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Saludos desde Argentina